El joven Bob Smith, que cumplió 17 años justo cinco días antes del último trago de su padre, recuerda a Bill como a un maravilloso huésped de su casa durante ese verano de 1935.
Bill y el Dr. Bob tuvieron largas y continuas discusiones. "Se quedaban hasta las dos o tres, todas las noches, y bebían mucho café" recordó el joven Bob. "Estaban intentando desarrollar una presentación que tuviera sentido para los alcohólicos que estuvieran 'en la cama' y que no fuera complicada".
Eddie R. fue el hombre que esperaban llegara a ser el tercer miembro sobrio. Venía de una prominente familia de Youngstown y su esposa era hija de un profesor universitario. Ella había hecho su "rendición" en el Grupo Oxford, pero Eddie todavía estaba luchando. Habían perdido la casa que rentaban y él estaba a punto de perder su trabajo; cuando Anne invitó a toda la familia - tenían dos hijos jóvenes - a vivir en Ardmore Avenue.
El hogar de los Smith era confortable, una casa sin pretensiones, en el 855 de Ardmore, al sur y un poco al oriente de las secciones exclusivas cercanas a Portage Path. Sólo tenía tres dormitorios; cuando llegó a estar atestada, se obligó a los jóvenes Bob y Sue a dormir en el desván.
Acerca de Eddie, Bill escribió a Louis:
"Bob Smith y yo empezamos a trabajar con este tipo el miércoles hizo una semana, lo pusimos seco . . . [Entonces] prontamente trató de suicidarse, lo cual ya había intentado antes . . . Al día siguiente, llamó desde Cleveland para decirme adiós, ya que había encontrado un buen muelle desde el cual saltar; sin embargo, no se sintió capaz de hacerlo sin llamar antes. Le aconsejé que bebiera algo más y me permitiera llegar antes de que hiciera cualquier cosa. Así que salimos hacia Cleveland a mitad de la noche, lo llevamos al hospital y comenzamos a darle el tratamiento del Towns. El efecto de eso . . . ha sido mágico y ha creado una gran conmoción en el City Hospital, en donde los doctores están muy inquietos ya que son incapaces de hacer algo en estos casos".
A causa de la prominencia social de Eddie y de sus importantes conexiones en Akron, evidentemente Bill y el Dr. Bob esperaban que su recuperación arrastraría a otros, pero no funcionó de esa manera. Eddie tenía muchas dificultades e incluso una vez amenazó a Bill y Anne con un cuchillo. Los Smith hicieron todo por Eddie; excepto escriturarle la casa, pero el hombre continuaba bebiendo. La paciencia de Anne estaba casi exhasuta, cuando finalmente se mudaron él y su familia. 1
Ellos todavía estaban viviendo con los Smith cuando Lois llegó a Akron para pasar sus vacaciones. Este fue su primer contacto con los Smith y con la comunidad de Akron. Dijo: "Amé a Annie y Bob desde el momento en que los vi; eran tan cálidos, tan finos, tan buenos. Bob era un vermontiano alto y larguirucho como Bill y, al igual que él, anhelaba ser útil a los demás. En otros aspectos eran muy diferentes".
A finales de junio, el Dr. Bob llamó al hospital de la ciudad de Akron; explicó a la enfermera, que estaba en la sala de recepción, que un hombre de Nueva York acababa de encontrar una cura para el alcoholismo. La enfermera, que aparentemente no se había enterado de la recuperación reciente del propio Dr. Bob, le preguntó porqué no la intentaba en él mismo. cuando el Dr. Bob le explicó que ya la había intentado y que ello incluía trabajar con otros alcohólicos, ella se mostró más comprensiva. Dijo que precisamente conocía al hombre y que en ese mismo momento estaba en el hospital con delirium tremens. Más o menos en un día estaría lo suficientemente seco para hablar con él.
Bill y el Dr. Bob estaban a punto de conocer a Bill D., un hombre de poca estatura, robusto y bien parecido, que tenía una cautivante habla lenta, unos modales agradables, sociales y una cabeza con abundante cabello ondulado, que se volvería blanco en sus últimos años. Cuando llamaron por teléfono, esta alarma agradable y social acababa de golpear d os enfermeras y estaba en la cama en el City Hospital.
En muchos aspectos Bill D. era el hombre ideal para convertirse en el tercer miembro del grupo. Era un muchacho de una granja de Kentucky que había llegado a Akron a trabajar en una planta llantera, mientras asistía a la escuela de leyes; evidentemente era un hombre de familia acomodada que, de una manera inexplicable, había llegado a ser un borracho sin esperanza. durante los seis primeros meses de 1935, había sido hospitalizado ocho veces por borrachera, aunque por lo demás era respetable; incluso había sido consejero de la ciudad y director financiero de un suburbio de Akron. Su esposa y él asistían a la iglesia todos los domingos y rezaban con frecuencia acerca de su problema. como les manifestó a Bill y al Dr. Bob, cuando lo visitaron en el City Hospital: "No tienen que convencerme en lo referente a la religión; una vez fui diácono en la iglesia y todavía creo en Dios, pero supongo que el no cree mucho en mí".
Si Bill creyó que dios lo había abandonado, su esposa Henrietta pensó de otra manera. 2 Insatisfecha con el progreso que Bill y ella estaban haciendo en su propia iglesia, recientemente había visitado a otro ministro para rezar acerca de la aflicción de su esposo y llegó a estar convencida de que éste dejaría de beber. Cuando, poco después, la visitaron Bill y el Dr. Bob, no tuvo dudas de que sus oraciones habían sido contestadas.
Las experiencias de recuperación que los dos hombres compartieron con Bill D. fue breve, de acuerdo a las normas de hoy, pero ellos ya estaban desarrollando fortaleza en su sociedad; esto se los transmitieron al nuevo. también tenían la esperanza de haber encontrado la clave de la sobriedad permanente, no sólo para ellos tres, sino para cientos que podrían seguir.
Al principio asombró a Bill D. que un médico le ofreciera ayudarlo sin cobrarle y, después de alguna resistencia inicial, reaccionó bien a sus
sugerencias.. Cuando el 4 de julio de 1935 salió del hospital, al igual que los dos hombres que lo visitaron, era un hombre libre. Nunca volvió a beber y permaneció siendo un miembro activo de A.A. hasta su muerte, en 1954.
Ahora había tres hombres que nunca volverían a beber. No tenían un nombre para su Fraternidad y todavía estaban ligados íntimamente al Grupo Oxford, una situación que continuaría en Akron durante otros cuatro años.
Pero también compartían un punto de vista del alcoholismo, que no les había llegado del Grupo Oxford, y que era la comprensión del alcoholismo como una enfermedad de la mente y del cuerpo, que Bill había aprendido del Dr. Silkworth. Para ellos el alcoholismo no era sólo otra falla humana o pecado, sino un mal destructor. La alternativa para la sobriedad era siniestra: muerte o locura; nada podía ser más importante en la vida de un alcohólico recuperado que conservar su sobriedad y, tanto Bill Wilson como el Dr. Bob Smith, creían que para conservar la sobriedad se requería llevar el mensaje a otros. (Vale la pena hacer notar que estos tres hombres recientemente sobrios, tenían devotas esposas que habían conservado la fe en ellos. Estos primeros pioneros de Akron y Nueva York trabajaron junto con sus esposas, tanto para permanecer sobrios como para llevar el mensaje).
Pronto se presentó el alcohólico Número Cuatro, que fue Ernie G.; sólo tenía 30 años y a los ojos de sus padrinos era "casi demasiado joven". Lo visitaron los tres hombres; sin perder el tiempo, Bill y el Dr. Bob llevaron a Bill D. a que se involucrara en el trabajo.
Ernie permaneció sin beber durante un año y entonces inició una recaída que duró siete meses (su historia, "La Recaída de Siete Meses", apareció en la primera edición del Libro Grande). Aunque tuvo dificultades con su manera de beber durante toda la vida, su abstinencia inicial desempeñó su parte en aquellos tiempos. En 1941 se casó con Sue la hija del Dr. Bob, según se rumoró, contra los deseos de su padre (posteriormente se divorciaron).
Durante esos meses, Bill y el Dr. Bob establecieron la alianza y asociación de trabajo que duraría todas sus vidas y los marcó como los cofundadores de A.A. Cada uno de ellos aportó talentos especiales y rasgos eprsonales a su papel; Bill era el promotor, el "hombre de idea", cuya mente iba constantemente adelante con planes y proyectos. El Dr. Bob representaba la fortaleza y la estabilidad de la Fraternidad inicial, su consejo prudente con frecuencia detenía las aventuras temerarias que podrían haber retardado el crecimiento e incluso arruinado a A.A., y posteriormente Bill reconocería esa deuda en un tributo a su socio. "Con ninguna otra persona he llegado a experimentar por completo la misma relación; lo mejor que puedo decir es que, durante todo el agotador tiempo de nuestra asociación, nunca tuvimos una diferencia violenta de
opinión. Con frecuencia su capacidad para la hermandad y el amor estaba más allá de mi comprensión".
El joven Bob confirmó la armonía poco común: "Papá me decía frecuentemente que aunque Bill y él veían las cosas desde ángulos diferentes, nunca tuvieron una discusión y que sus dos mentes parecían mezclarse para desarrollar un programa inteligente que pudieran presentar a los alcohólicos".
Otro asociado que los conoció bien, comparaba su relación a aquella de "dos hermanos que se amaban y confiaban profundamente uno en el otro. Bob podía decir cualquier cosa a Bill, podía lastimar un poquito los sentimientos de éste y con frecuencia estaban en desacuerdo, pero nunca era algo duradero y en alguna parte siempre eran capaces de situarse en el justo medio y así lo planeaban; ambos se sentían felices al respecto. Nunca vi una confianza más completa que la que se tenían uno al otro". su notable asociación se convertiría posteriormente en un tema de conversación en A.A.; había quienes veían al intervención divina en la manera de llevarse de estos dos hombres.
Superficialmente, Bill y Bob tenían mucho en común. Ambos eran de Vermont, altos; en política, conservadores: Bill se oponía a la intervención del gobierno en los negocios y Bob anticipaba un futuro oscuro para los doctores en una época cercana de medicina socializada. Ambos eran compasivos, bondadosos y generosos al compartir con otros lo que ellos tenían. Los dos fueron arrastrados al espiritismo y a los fenómenos extrasensoriales. Tenían un interés común en los asuntos médicos: El Dr. Bob como un profesional y Bill como un no profesional que durante toda su vida formó vínculos cercanos con el mundo de la medicina. Cada uno de ellos tuvo dificultades para completar su educación formal, aunque los problemas de Bill se arraigaban en vicisitudes emocionales, nunca fue un problema principal para el Dr. Bob. Cada hombre ideaba apodos para sus amigos y tenían gustos sencillos, a ninguno le gustaba la ostentación ni las falsedades de ninguna clase. Ambos eran muy inteligentes.
Pero de la misma manera había marcados contrastes entre los dos. Roy Y., un veterano de Texas y posteriormente en Florida, los describió de esta manera: "Ambos decían que simplemente 'no podían' ser miembros de A.A. El Dr. Bob iba a sus juntas en King School, se escurría hacia la parte de atrás y nadie sabía que estaba ahí. Si Bill llegaba a la misma junta, se aseguraba de tropezar con una silla; le encantaba ser el centro de atracción".
En tanto que Bill pudo no haber hecho en realidad algo tan rudimentario, verdaderamente es cierto que llamaba la atención de los demás; nunca fue un espectador durante mucho rato, la gente se daba cuenta de su presencia. Estaba impresionado por los logros y a la vez impresionaba a la gente; con el tiempo, su círculo de conocidos y amigos incluiría a
gente distinguida de muchas áreas. Admitió que era un "motor", una cualidad totalmente ajena a su socio.
Al Dr. Bob le interesaba poco ser el centro de atracción. Dio pocas pláticas en público en A.A. y evidentemente tampoco se llegó a hacer cargo de conversaciones personales, como a veces lo hizo Bill. "Doc tenía una forma de ser totalmente calmada", dijo un admirador, "tenía sentido del humor, pero no era capaz de expresarlo en otra gente como lo hacía Bill. Doc era un gran escucha y nunca lo oí hablar demasiado. Bill hablaba mucho y también era un gran escucha, que realmente escuchaba, con los oídos abiertos. Sabía lo que estabas diciendo".
Además de hablar y escuchar, Bill también era escritor y planeador, y ninguna de esas dos actividades interesó al Dr. Bob; sin embargo, éste construía ideas y juicios importantes que encontraron su camino en los escritos de Bill. Algunas veces el Dr. Bob hacía que Bill cambiara de opinión o actuaba como un freno para él; también le dio a Bill el apoyo más fuerte en los proyectos que creyó eran necesarios. "Alcohólicos Anónimos", el Libro Grande, iba a ser un ejemplo fundamental. Aunque los miembros de Akron aprobaron la empresa sólo por la diferencia de un voto, el Dr. Bob estaba apoyando a Bill dándole cálidos ánimos y su aprobación en algunos de sus momentos más difíciles, cuando el proyecto pareció que se había estancado de una manera permanente.
Bill empujaba, el Dr. Bob estaba dispuesto a esperar. El estilo de Bill era buscar activamente apoyo para sus ideas, en tanto que el Dr. Bob esperaba hasta que el apoyo para una propuesta se desarrollara por su propio ímpetu. También hay algunos indicios de que el Dr. Bob era un padrino más eficaz; no se puede negar que, en los primeros años, A.A. creció con mayor rapidez en Akron que en Nueva York, y hubo quienes atribuyeron este éxito al fuerte liderato del Dr. Bob.
A pesar de todo, no hubo competencia entre los dos, ni parecieron tenerse envidia uno a otro. al final, cada uno de ellos se vio a sí mismo como un instrumento del Poder superior en el desarrollo de la Fraternidad. Quizá su singular compañerismo fue en realidad el instrumento.
En tanto que proseguía el trabajo de Bill con los alcohólicos, su carrera en los negocios oscilaba entre adelantos y retrasos. Continuando con la junta de accionistas en mayo, aparentemente el punto en discusión era la inspección de las procuraciones que votaron sus asociados y sus oponentes, el grupo encabezado por encantador, y tenía conexiones importantes. Tanto Bill como él querían ser presidentes de la National Rubber Machinery Company y, con mucho, Florman iba adelante. el puesto se pagaba aproximadamente a 14,000 dólares anuales (una cantidad importante en esa época). La compañía no era grande, pero tenía un lugar sólido en el mercado, además de un crecimiento potencial. Para Bill, salir económicamente adelante parecía tener una importancia vital.
En las cartas a Lois, Bill criticaba mucho a Florman y sus compañeros; posteriormente escribiría acerca de la pelea de las procuraciones como un "procedimiento . . . impregnado de muchos resentimientos y controversias".
En 1935, la National Rubber Machinery necesitaba con desesperación el liderato; había sido paralizada por las discrepancias, las contiendas y la indecisión. Desde 1932 la compañía había sustentado fuertes pérdidas de operación y ahora parecía estar en el camino a una quiebra final. Pero Florman y sus asociados no eran los únicos oponentes de Bill; el bloque principal de las 113,000 acciones de la compañía era controlado por un grupo de la administración, encabezado por un M. D. Kuhlke, cuya firma, Kuhlke Machine Co., había sido de los cuatro negocios familiares que se fundieron en la N.R.M. en 1928. se decía que Kuhlke era un hombre amistoso y decente que tendía estar de acuerdo con las dos partes en disputa. Una vez apoyaba al grupo de Florman, pero otra se inclinaba hacia el de Bill. Si Bill hubiera sido capaz de ganar el apoyo de Kuhlke, hubiera asumido el control de la N.R.M. algunas de las cartas de Bill expresaban su exasperación por el puesto que ocupaba Kuhlke, ya que podía inclinar la balanza.
Pero poco había en los antecedentes de Bill que indicara que fuera la persona adecuada para dirigir la compañía. su pasado tiene que haber preocupado a Kuhlke que, por tanto, tuvo pocas razones para favorecer a Wilson sobre Florman.
La lucha para obtener que se inspeccionaran las procuraciones duró todo el verano y, cuando la carrera llegó al final del alambre, Bill se las había arreglado para acumular alrededor de 30,000 votos, mientras que el campo de Florman sólo tenía 20,000; pero este recibió 42,000 votos adicionales, entre los que pidió por correo y los de Kuhlke y sus amigos en Akron. El total de 62,000 votos de Florman le dio más del 51 por ciento que se necesitaba para el control.
La batalla había terminado y la empresa de negocios de Bill en Akron había fracasado. Todo lo que tenía para mostrar, por los cuatro meses que había permanecido ahí, era el trabajo que había hecho con el Dr. Bob y los otros dos alcohólicos que ahora no bebían. A finales de agosto tomó el tren de regreso a Nueva York.
sábado, 24 de abril de 2010
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