viernes, 23 de abril de 2010

Capítulo Dieciséis

Una de las fascinaciones e involucraciones de Bill fue con los fenómenos psíquicos. Su creencia en la clarividencia y otras manifestaciones extrasensoriales surgió de su convicción de que nuestros días de vida en la tierra constituyen lo que le gustaba llamar "un mero día en la escuela2, que todos somos alumnos de un "kindergarten espiritual" y que esa vida, después de la vida, es una realidad al igual que un asunto de fe. Esta creencia le condujo a hacer intentos de ponerse en contacto con otras vidas, en otros tiempos de vida.
A causa de que Bill fue una persona muy sensitiva en este mundo, no es sorprendente que se creyeta capaz de captar energía de tro. Creyó que él mismo tenía más capacidad psiquica; para él los asuntos espiritistas no eran un mero juego de salón. No está aclarado cuándo empezó a interesarse en los fenómenos extrasensoriales; el campo fue algo en lo que el Dr. Bob y Anne Smith estaban profundamente involucrados. sin que se sepa si Bill llegó a interesarse mediante ellos, hay referencias a sesiones espiritistas y otros sucesos psíquicos, que Bill escribió a Lois durante ese primer verano de Akron con los Smith, en 1935.
Una de las más dramáticas narraciones de Bill referente a la comunicación con los descarnados es esta historia, tla como él la contó:
"Probablemente fue en 1947, 1 cuando mi esposa y yo visitamos Nantucket. Nunca habíamos estado ahí antes; sólo sabíamos de él por sus yanquis tenaces y el desaparecido comercio de ballas. Depues?del oscurecer, nuestro anfitrión se nos reunió en el barco y nos condujo aproximadamente durante un kilómetro y medio hasta su casa, cerca de la playa".
"A la mañana siguiente me desperté temprano, quizá a las seis. Me fui de puntillas hasta la cocina e hice café. Mientras contemplaba abstraído la primera taza, hubo una sútiva 'intromisión'. Me llegaron las palabras: 'Quiero ir a pesacar ballenas'. Al preguntarle a lo que parecía ser una entidad, me dio u nombre escandinavo, ahora olvidado;más preguntas pusieron al descubierto que él no se daba cuenta de que estaba 'muerto'. Dijo que veía a la gente de una manera imprecisa, pero nadie le prestaba ninguna atención cuando hablabla; se quejó de la gran soledad y sufrimiento; dio que había sido un marinero y deseaba poder tomarse un trago. Le expliqué lo que le había sucedido y le pregunté si tenía alguna fe, a lo que me respondió que no. Le dije que había mucha gente cerca de él que serían sus amigos, epro que eran gente que no podía ver ni oír porque todavía estaba ligado a la tierra. Por supuesto, ésta es sólo una experiencia típica que nuestro círculo de aficionados ha tenido con frecuencia con aquellos desarnados que parece que están adheridos a una especie de estado prugatorial.
Poco después, vio otra entidad y anunció que su apellido era Shew, un almacenista en el Nantucket de cien años antes. Shaw me agradeció que
intentara ayudar al noruego (al que ) él y sus amigos habían estado intentado despertr y que se pusiera en camino. Luego Shaw explicó que por lo general él se encontraba a varios cientos de amigos de los viejos tiempos en Nantucket que les gustaría regresar ahí tal como él había hecho. ¿Me gustaría conocer unos pocos?.
Sin dilación me presentó a uno que dijo llamarse David Morrow. Mi convesaricón con David Morrow reveló que había sido un marinero durante la Guerra Vil, cuando, según afirmó, lo mataron sirviendo bajo el mando del Almirarnte Farragut, en la Batalla de la Bahía de Mible. tomen nota del nombre: David Morrow.
Entonces me presentaron a otra entidad, que declaró ser un Pettingill, armador de un ballenero que salía de Nantucket o Martha's Vineyard, ahora he olvidado cuál. La conversaicón no tuvo mucha importancia, excepto por el nombre de Pettingill, que no es ordinario. vinieron otros cuyos nombres ahora olvido; creo que uno de éstos dijo llamarse Quigley, otro armador de balleneros.
Por el momento, así terminó mi cita con los fantasmas de Nantucket en la cocina de mi amgio. Por supuesto, ahsta la más mínima parte de lo anteiror se puede atribuir a la fantasía o a informaicón olvidada; es decir, si no hubiera sido por esos nombres, en especial Morroy y Pettingill.
Sólo por diversión, conté esta historia en el desayuno, recalcando los nombres hasta darme cuenta de que posteriormente mi anfitrión estaría capacitado para recordarlso. No obstante, al principio mi anfitrión pensó que estaba tomándole el pelo; sabía poco de psíquica y no había oído nada de esto antes de mis aventuras. Cuando hice presión, empezó a preocuparse por mí y, cuando hice más presión, se enojó. Por supuesto, aquí se dejó de hablar del asunto.
La v?sipera d que nos regresáramos a casa, nuestros anfitriones arreglaron un lamuerzo campestre y otros se nos uniron. El encuentro sería en la cabecera de la calle principal de Nantucket, que terminaba en un círculo al que convergían otras cuatro calles. Nunca ha?bia visitado este lugar.
Al aproximarnos al círculo observé en su centro un pequeó monumento. Al acercarme, vi que estaba dedicado a los caídos de Nantucket en la guerra de Rebelión. Alrededor de su base estaban grabados los nombres de los muertos; ne un momento detecté un nombre familiar, era David Morrow. Llamé a mi anfitrión; recordaba bien a David Morrow de mi descripción ante la mesa del desayuno. Estaba asombrado, por no decir más.
Al día siguiente, mi esposa y yo visitamos por primera vez el Museo de la Pesca de Ballenas de Nantucket, un lugar lleno de reliquias del pasado olvidado. Justo al pasar la puerta, vi un gran libro abierto. Lo llenaban los nombres de los armadores y de las fechas en que se habían hecho a
la mar durante todo el período en que había florecido la industria de la explitaicón de ballenas. Imagínense nuestra sorpresa cuando, al buscar, pronto descubirmos [el] nombre Pattingill como armador de un barco ballenero. Ahí estaba también otro nombre que recibí; si, ahora lo recuerdo correctamente, éste era Quigley.
En la parte de arriba del museo encontramos un apintura con la figura a tamaño natural del Almirante Farragut, ahí había una placa describiendo la participación de los marineros de Nantucket en la Batalla de la Bahía de Mobile. Esto confirmaba la historia de Morrow.
Por lo tanto, lo registrado mostróq ue ha?bia captado, de una manera muy acertada, las descripciones de tres ciudadanos de Nantucket, bastante oscuros y desaparecidos desde hacía mucho tiempo, cuyos nombres se habían ido sin duda de las mentes de las personas que ahora estaban vivas. No existe ni la más remota posibilidad de que, en algún tiempo anterior, yo hubiera leído u oído acerca de ninguno de los tres que, con anterioridad, habían sido habitantes ordinarios de la isla; quizá de uno, pero no de los tres". (El énfasis es de Bill).
Tan tempranamente como en 1941, Bill y Lois estuvieron llevando a cabo "sesiones de aparecidos" regulares en Bedford Hills. Uno de los cuartos de la planta baja lo llamaron el "cuarto de los aparecidos"; ahí, llevaron a cabo muchos de sus experimentos psíquicos. De una sesión con una tabla ouija, Bill escribió esta descripción:
"La tabla ouija empezó a moverse presaguiando. Lo que siguió fue más o menos la experiencia acostumbreda - fue una extraña miscelánea de Aristóteles, San Francisco, diversos arcángeles con nombre extraños, amigos difuntos - algunos en el purgatorio y otros que la estaban pasando ¡'muy bien, gracias!' Había unos malignos y perjudiciales de todas las descripciones, hablando de vicios que estaban muy lejos de mi comprensión, incluso como anteriores alcohólicos. Entonces, las entidades aparentemetne virtuosas intervendrían con mensajes de consuelo, información, consejo y, algunas veces, sólo puras insensateces".
Bill reposaría en el diván de una sala, semiensimismado,pero no en trance, y "recibía" mensajes, algunas veces palabra por palabra, otras letra por letra. Anne B., vecina y asistente regular al círculo de "apariciones", escribiría el material en un block. Lois describe una de las más dramáticas de estas sesiones:
"Bill estaba recostado en el diván; 'captaba' estas cosas y lo ha?cia todas las semans. cada vez, cierta gente 'vendría'; algunas veces eran nuevo sy traían alguna historia. Había grandes frases y llegaban palabra por palabra; esta vez, en lugar de palabra por palabra, fue letra por letra y Anne las escribía letra por letra.
Yo estudié trs años de latín y dije: 'Esto me parece latín'. Así que Bill le preguntó a Dick Richardson (de la fundación Rockefeller), que fue muy buen estudiante de latín; le preguntó qué decía. ¿Era latín? Dijo que sí. (Bill no sabía más latín del que estudió en el curso de leyes y siempre lo sintió)".
Bill continúa la historia: "[Richardson] fue un excelente estudiante de latín. Asombreado, finalmente levantó la vista y exclamó: '¿En dónde diablos conseguiste esto?' titubee, pero le pregunté si el latín era legible. 'Sí', afirmó, 'es perfectamente bueno, aunque difícil. Parece el principio de lo que probablemente intentó ser una narració alegórica de la fundación de la iglesia cristina aen italia'. Luego le pregunté si veía algunos errores gramáticales en los párrafos; lo miró otra vez y me informó que para él, el latín parecía estar muy bine. Ya que era un viejo amigo, le conté la historia de su producción, lo que lo impresionó profundamente".
Otra de sus experiencias "fantasmales" fue narrada por Tom P., amigo y vecino: "Una noche fuimos a casa de mis tíos y vinieron Bill, Lois y unos dos más. Alguien dijo: '¿Tienen una mesa?' Así que arrastraron esta mesa y ella dijo: 'Oh, este mesa ha estado expuerta al sol y su color se ha desvanecido; hemos intentado llevarla a redecorar y nunca lo hemos hecho'. Así que nos sentamos y estuvimos dando golpes en la mesa; no sé si esta levitó o no lo hizo, pero empezó a deletrear mensajes con dificultad. Se elevaba y se dejaba caer dando un golpe; un golpe era 'a', dos 'b' y tres 'c'. Llevaba mucho tiempo, pero en esa forma daba mensajes; así que la mesa se utilizaba primeramente para dejarnos estupefactos por levitar pero, también, y de una manera más fundamental, por dar golpecitos para estos mensajes. Luego nos sentamos a su alrededor, apagamos las luces y pusimos las manos con las palmas hacia abajo, y dio golpecitos de una manera interminable; decíamos: "Bueno, nos encontrará en otra sesión', y todos nos fuimos a casa.
Al día siguiente, Marian llamó y dijo: 'Ha sucedido una cosa muy extraña. Anoche nos fuimos a la cama y, cuando nos levantamos esta mañana, encontramos la mesa redecorada; todo el color había sido restaurado y el acabado es perfecto'. Así que todos regresamos a ver la mesa redecorada y tuvimos que aceptar su palabra de que ella no lo habái hecho".
Tom y su esposa Ginny eran miembros regulares del círculo "fantasmal". Esta es la historia de tom, de cómo llegó a involucrarse con ellos:
"Yo era un problema para esta gente a causa de que era un ateo y éste es, por definición, un materialista. Quiero decir que no se puede ser un ateo a menos que se sea un materialista y, por definición, un materialista es alguien que no cree en otros mundos. Ahora bien, esta gente, Bill y el Dr. Bob, creían vigorosa y agresivamente; estaban trabajando con el espiritismo y no era sólo un pasatiempo, se relacionaba a Alcohólicos
Anónimos, ya que el gran problema en A.A. es que, para un materialista, es difícil "comprar" el programa y me fue muy difícil captarlo. No me podía entrar en la cabeza que hubiera algún Dios, ya que Dios era un ser sobrenatural y no existen seres sobrenaturales y, todo mundo lo sabe. Así que la cosa no está en lo absoluto separada de A.A.; es muy seria para todos".
De acuerdocon Tom, Bill nunca hizo algo que de alguna manera no estuviera concectado con A.a. con su propio crecimeitno espiritual. Como dijo Tom, era muy "de una sola meta".
También reclamaban la atención de Bill, otra clase de activades espirituales. Durante el decenio de los 1950 llegó a estar involucrado en los experimentos de procognición que se llevaron a cabo en esa e?poca en el Instituto Rhine de la Universidad de Duke.
Mediante Fulton y Grace Oursler,ahora amigos personales de los Wilson (Fulton fue el editor de Liberty que había publicado el primer artículo de A.A. titulado "Los Alcohólicos y Dios"), Bill fue presentado a fulton Sheen, que entonces era un monseñor y posteriormente llegaría a ser obispo. Monseñor Sheen ya era un clérigo popular en toda la nación, una especia de Billy Granham de la iglesia católica, cuyo programa de radio, "La Hora Católica" tenía un auditorio semanal de más de 1,000,000 de fieles escuchas. Cuando monseñor ofreció "explicarle el catolicismo - no dijo 'convenrtilo' - Bill pensó que sería muy desagradecido si cuando menos no intentaba conocerlo", dijo Lois. Bill se reunión con Sheen, los ?sabados, durante la mayor parte de un año.
De su intención real de convertirse al catolicismo, varían ampliamente las opiniones. tan pronto como en 1944, Bill se dio cuenta de que su nombre estaba inextricablemente ligado al de la Fraternidad, y aunque no se habían escrito ni aceptado las Tradiciones, ya se ha?bia manifestado su creencia en la no afiliación de la Fraternidad. Mirando en retrospectiva, en cualquier caso Lois estaba segura de que no tuvo intención de una conversión real; dijo: "Realmente nunca tuvo en el fondo de su mente el ser convertido". Bob H., que fue íntimo de Bill durante este período, creyó de otra manera: "Tengo la impresión de que, en el último momento, no prosiguió con su conversión debido a que sentía no era lo correcto para Alcohólicos Anónimos".
Cualesquiera fueran sus intenciones fundamentales, no hay duda que recibió la instrucción y que tomó en cuenta la doctrina católica, muy seriamente. Muchos de sus sentimientos acerca de la iglesia, los pros y los contras, los manifestó con franqueza al Padre Dowling; en una carta fechada el 9 de septiembre de 1947, Bill escribió al sacerdote:
"Estoy más afectado que nunca por la ducle y poderosa aura de la iglesia; esa maravillosa esencia espiritual que, fluyendo a través de los sigloes, me toca como no lo hace ninguna otra emanación; pero . . . cuando miro su distribución de la autoridad, a pesar de todos los
argumentos a su vafor, no puedo, 'entrar en calor'. No llega ninguna convicción afirmativa.
Estoy agradecidamente impresionado por la prodfunda convicción, poder y enseñanza de Monseñor Sheen. En realidad paractica lo que predica, hasta el grado que me hace avergonzar al diferir en lo absoluto con él. con todo agradezco tremendamente estar con él tanto tiempo; es muy generoso de su parte.
P. D. Oh, si la iglesia sólo tuviera un departamento de viajeros, un lugar aocogedor en el que uno pudiera calentar las manos en el fuego y morder sólo lo que uno pueda tragar. Quizá sólo soy un comprador buscando una barata en esa virtud: ¡la obediencia!".
Y en otra carta fehcada dos semanas después, continuó: "No estoy en lo más mínimo escandalizado por los pecados de la iglesia ni por los de alguna gente de ella; no veo cómo un exborracho pod?ria escandalizarse acerca de algo. Lo que es un poco perturbante parece estar en la incapacidad de la iglesia para confesar sus propios pecados. Históricamente, es difícil reconciliar la infalibilidad perfecta en ciertos momentos, con el muy humano comportamiento en otros. Si no estuviera pensando tan seriamente ingresar, ni siquiera pensaría en poner a discusión el asunto".
A Sheen mismo, Bill le escribió: "Sé que su sentido del humor se elevará con ocasión de decirle que, con cada día que pasa, me siento más como un católico y ¡razono más como un protestante!". (El énfasis es de Bill).
Como en algunas otras áreas problemáticas de su vida, Bill pudo haber permanecido ambivalente si no acerca de su involucración, si en sus ambiciones respecto a su conversión final. A causa de que era capaz de ver muchas facetas en algún asunto dado, conflictivo al igual que armoniso, podía haber hablado un día como si estuviera intentando convertirse y al siguiente como si su instrucción religiosa sólo fuera en servicio de su crecimiento espiritual. Es probable que, a pesar de los pensamientos contradictorios que se han expresado, fuera compeltamente sincero en lo que decía cada vez. No cambiaba con facilidad su manera de pensar, en particular en un asunto tan serio; más bine, vaía las cosas de una manera distinta en las diferentes ocasiones. Eso puede haber sido desconocertante para aquellos que lo rodeaban, pero a él le pare?cia que tneía sentido por completo.
Uno de los problemas que preocuparon a Bill fue la relación de A.A. con la comunidad en general y con la comunidad profesional en particular. Las profesiones que más coincidían en parte con la esfera de los intereses de A.A., fueron por supuesto la medicina y la religión. Bill sintió que era imprudente que A.A. como una fraternidad tuviera una alianza con cualquier ade las denomianciones religiosas, sentía que la utilidad de A.A. era de carácter mundial y que contenía principios espirituales que los miembros de cualquiera y de todas las religiones podían aceptar,
incluidas las religiones orientales. (Como Lois dijo, Bill nunca tuvo ninguna idea pequeña).
A principios de los 1940, la "cooperación sin afiliación" todavía no ha?bia sido presentada como una política importante de A.A., pero es evidente que el pensameitno ya se le había ocurrido a Bill de acuerdo a su correspondencia de ese tiempo.
Hubo otras razones para que Bill mismo se rehusara a afiliarse con algún sistema religioso formal; una de estas fue el rechazo personal a una autoridad "hecha por el hombre2. Ago de esta resistencia, probablemente se puede remontar a sus antecedentes de Nueva Inglaterra. (La mitología popular estadounidense considera que no hay un norteamericano de mentalidad tan independiente como un yanqui de Vermont).
En una carta de 1948 a Clem L., se lee en parte: "lo que todavía me molesta de todas las religiones organizadas, es su pretensión de cuán terriblemente correctas son todas ellas. Cada una parece creer que tiene la tubería correcta: sin lodo en su agua espiritual. Para asegurar conversos o castigar a los incrédulos, las grandes religiones han violado todas las leyes conocidas del hombre y de Dios; justo ahora, los hingúes y los mahometanos están en ello. 2 Es muy evidente que la infalibilidad parece ser mucho más importante que la espiritualidad. La hisotira de las relligiones occidentales no es mejor; los judíos cricificaron a Cirsto y, desde entonces, los cristianos han crucificado a los judíos . . . y entre ellos mismos. Tan luego como nuestros antecesores habían puesto el pie en la Roca de Plymouth, llevaron a Roger Williams y Anne Hutchinson dentro de los bosques de Nueva Inglaterra àra que murieran. Con seguridad, las tristezas del Príncipe de la Paz, desde Su crucificción, desafían toda descripción. La causa radicarl; disputas sobre la doctrina, choque de infalibilidades, ¿por qué más están peleando?
Cada vez que estos principios dudosos de la autenticidad religiosa, dominan con firmeza las mentes de los hombres, literalmetne eso cuesta un infirno. En cierto snetido, son peor que la autenticidad nacionalista o la autenticidad económica, esos azotes del momento. El impío no puede esperar conocer algo mejor, pero los hombres de religión deben hacerlo; a pesar de ello, la historia muestra exactamente que no lo hacen. Me parece que las grandes religiones sobrevivien por que cada una tiene una fuerte médula de espiritualidad y sucede así debido a su espiritualidad, a pesar de su infalibilidad.
Así, cuando un grupo religioso que pretende el cien por ciento de la perfección en la fe y la moral me pide que ingrese, surgen esos pensamientos; simplemente no puedo evitarlo; al menos por ahora. Pero no estoy negando la doctrina de la infalibilidad, no puedo ser tan presuntoso como para hacerlo, que yo sepa, nos fue transmitida a través de las épocas y me dio lo poco que tengo de Cristo. Sin embargo, no puedo cegarme ante la amendrentadora perversión a la que siempre ha
estado sujeto; encuntro difícil creer que Cristo hubiera ordenado las cosas de esa manera. Tu sensaicón de que A.A. ya está tan fuertemente constituída que ninguna acción de i parte pod?ria dividirnos en líneas religiosas, tamibén hace que me cuestione. Si el movimiento de A.A. me conociera como realmente soy, estoy de acuerdo en que nadie se cuidaría mucho de lo que yo hiciera; pero, desfortunadamente, ese no es el caso, ya que creen en mí como el símbolo del todo, y A.A. como un todo no hace ningún apoyo ni establece ningún compromiso. Esa es la cuestión".
Cualesquiera fueran los sentimientos personales de Bill, recomendaba a muchos alcohólicos, amigos y recuperados; que ingresaran o reingresaran a una iglesia. Como él mismo dijo:
"El hecho es que siento profundamente el gra poder y espiritualidad que fluye dentro del mundo por medio de la iglesia: no conozco otra fuente de igual calidad. Por tanto, cuando la gente viene a mí preguntando y veo que no saben qué hacer, les digo lo que siento respecto a la igleasia; de cualquier manera, sin hacer ningún énfasis en especial en mis propias dificultades personales".
Además de su predilección por una vida relligiosa o espiritual (después de todo, ¿no fue una profunda experiencia religiosa, aunque con indiferencia le llamara "hot flash", lo que salvó su propia vida?)., estuvo conectado íntimamente con un ?numero de personas de sotana; en otras palabras, algunos de sus mejores amigos fueron clérigos.
Bill nunca dejó de buscar su contacto consciente con Dios, intentando encontrar tudas más directas a la fuente curativa. La búsqueda lo condujo a veces por sendas extrañas, que hacían intersección con la de alguna gente extraña; pero hablar de eso es adelantarnos. durante los primeros años de los 1940, estuvo buscando medios más convencionales para que la joven Fraternidad estuviera disponible a más alcohóicos y fuera más efectiva para llevar el mensaje.

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