viernes, 23 de abril de 2010

Capítulo Dieciocho

Los tres meses del viaje de los Wilson a los grupos, habían sido de una elevación del ánimo tal para Bill y un triunfo tal, en términos de la Fraternidad, que lo que sucedió a raíz de su regreso tuvo que llegar como una sorpresa total, una caída inexplicable. Apenas habían regresado a casa, cuando Bill se sumergió en una depresión tan negra, que su efecto en él fue más debilitante que una agresión física.
La depresión le era familiar, la había experimentado por primera vez cuando era un adolescente. En sus años de borracho activo, había sido su crónica, si no es que constante, compañía; pero virtualmente era su primer encuentro con ella como adulto sobrio, sano. Su asalto fue de lo más inesperado, porque siguió a la increíble alegría de ser testimonio de su visión como una realidad perdurable.
Una conexión entre el viaje y el asalto de su depresión fue sugerida jocosamente por Al M. de Los Angeles. La manera en que Al lo dijo fue que "Bill vio por sí mismo que no lo necesitábamos; todo lo que necesitábamos era su libro. Tal como lo entiendo, se metió en una depresión de cinco años a causa de ello".
Hay muchas y varias narraciones de las recurrentes depresiones de Bill y casi las mismas opiniones acerca de su naturalaza, sus causas, su intensidad, su dinámica y sus manifestaciones; así que es virtualmente imposible aislar una narración definitiva. Además, el asunto está nublado por el hecho de que Bill, en todo lo largo de su vida, estuvo sujeto a una variadad de enfermedades físicas y no le era poco común pasar en cama un día o más sin nin?gun diagnóstico claro de lo que le estaba enfermando. Como dijo Lois: "Casi era un hipocondríaco". La palabra operativa es "casi". Con frecuencia Bill se refería a sus enfermedades como "una úlcer imaginaria" o "la paliza"; en otras palabras, siempre retenía un sentido del humor respecto a sus propias dolencias; pero nada hay de gracioso acerca de sus depresiones, fueron oscuras y paralizantes.
Nadie esta más perturbado acerca de su condción que el mismo Bill. Además de la agonía y la depresión, el hecho mismo de que las tuviera lo perturbaba profundamente. Cuando en el Libro Grande, escrito en 1938, describió la sobridad como "una cuarta dimensión de la existencia en la que no hemos ni siquiera soñado", lo quiso significar con toda sinceridad. Ahora, escasamente cinco años después, estaba sumergido en un abismo tan desierto y de tal negatividad como para hacerlo un suicida.
Las depresiones de Bill duraron 11 años tormentosos, hasta 1955, cuando finalmente fue liberado de ellas. Sin embargo, durante estos años no fueron constantes y no siempre fueron de la misma intensidad. Los dos primeros años, 1944-1946, aparentemente fueron los peores. Recor?dandolos, Marty M. dijo: "Fue terrible; había largos períodos en los que no podía levantarse de la cama, sólo permanecía ahí y Lois se ocupaba de que comiera. Una tremenda cantidad de presonas creyó que estaba bebiendo; ese fue uno de los peores rumores que tuvimos dentro de A.A."
Nell Wing, secretaria de Bill desde 1950 hasta que murió, dijo: "Muchas veces llegaba a la oficina y se sentaba delante de mí ante el escritorio y ponía la cabeza entre las manos y realmente no era capaz de comunicarse, sino sólo casi de llorar. Solía hablar acerca de ello, llanándose de frustración". Herb M. gerente general de la O.S.G. durante muchos años, hizo eco del recuerdode Nell: "Había veces en que esas horribles depresiones seguían y seguían, durante días y días. Entonces era muy difícil ponerse en contacto con él, a pesar que lo intentaba y cooperaba si le hacías una pregunta, pero hacer el intento de sentarse a planear con él en ese tiempo era inútil. Se le caía toda la cara; se veía triste, triste, muy triste".
Lois estaba tan desconcertada como Bill, tan confundida como todos los demás. A causa de que la condición de élo estaba más allá de las posibilidades de ella, ésta recuerda que no era muy comprensiva. "Para mí era terriblemente difícil entenderlo; en realidad no era muy comprensiva, o exactamente no sabía como serlo qué otra cosa hacer". Temperamentalmente, Lois era tan diferente de Bill, que es fácil comprender su desconcierto; ella podía estar perturbada o aturdida acerca de una persona, suceso o circunstancia específica, pero aparentemetne sin causa, la depresión de larga duración le era tan extraña como el alcoholismo.
Nell Wing, secretaria de Bill durante mucho tiempo, efectuó muchos trabajos en la Fundación Alcohólica y llegó a ser la primera archivista de A.A.
Lo que le estaba sucediendo a Bill no era ni una oscilación de su estado de ánimo ni una pérdida temporal del equilibrio emocional; era un profundo, duradero monótono - en el sentido de que no variaba en el
color - período de negrura. Durante los dos primeros años, 1944-1946, tuvo poco alivio, si es que hubo alguno.
La propia descripción de Bill, de su estado de ánimo, está implicada en el "Doce Pasos y Doce Tradiciones" (escrito durante un tiempo de depresión).
"Si temporalmente estamos en el lado depresivo, estamos en aptitud de empantanarnos en la cupla y en la repugnancia de uno mismo. Nos revolcamos en este sucio cieno, obteniendo con frecuencia de ello un informtunado y doloroso placer; conforme proseguimos enfermizamente esta actividad melancólica, nos podemos hundir hasta tal punto de desesperación que llegamos a creer que el olvido es la única solución posible. Por supuesto, aquí hemos perdido toda la perspectiva y, por tanto, toda genuina humildad, porque esto es orgullo. al revés. Este no es en absoluto un inventario moral; es el proceso mismo por el que el deprimido con frecuencia ha sido conducido a la botella y la extinción".
Si se oscurecía el estado de ánimo de Bill, su carácter permanecía sin deteriorarse; nunca fue su estilo dejar que una circunstancia, tragedia e incluso un desastre lo abrumara, más bien, era inherente a él exprimir lo bueno de cada situación, sin importar qué tan desesperada pareciera, y esta depresión no fue la excepción. Utilizándose a sí mismo como un conejillo de Indias, según solía hacer, se propuso encontrar una ra?zon - y una cura - para su implacable y negro estado de ánimo.
Durante el decenio de 1940, el psicoanálisis estuvo muy en boda en Estados Unidos. En 1944, Bill empezó a ver al Dr. Harry Tiebout, el psiquiatra de Blythewood que siempre había defendido A.A. y había llevado al programa de Marty M. El tratamiento psiquiátrico fue sólo una de las muchas rutas que Bill investigaría, en un intento para comprenderse y sanarse a sí mismo de la negatividad que estaba haciendo de su vida una carga intolerable. Para alguien en la posición de Bill - un fundador de un programa salvador de vidas que prometía a sus adherentes "una nueva felicidad" - fue un acto de valor emprender abiertamente un curso de tratamiento psiquiátrico.
Ya sea que estas sesiones psiquiátricas le hayan satisfecho o no lo hayan hecho,en lo referente a la causa de su depresión, se desconoce; años despuñés, escribió a un amigo:" Hace años recibí alguna atención psiquiátrica y eso ayudó mucho a mi comprensión, epro no lo encontré específicamente curativo. Disminuyó mi miedo ante estas condiciones (por ejemplo, la depresión), pero el efecto no fue lo suficientemente positivo para superarlas plenamente".
El Dr. Henry M. Tiebout fue el primer psiquiatra que vio en A.A. un enfoque importante para el tratamiento de los alcohólicos.
Lo que se sabe es que la depresión permaneció mucho tiempo después de terminar las sesiones psiquiátricas. Así, incluso, si aprendió lo que
había pretendido aprender, la cura no llegó prontamente, pisándole los talones a este conocimiento. Bill era un hombre agudamente inteligente; la sencilles de sus escritos para ser publicados puede haberles dado la impresión, a aquellos que no lo conocieron, de que no había nada complejo acerca de sus actitudes y filosofías personales y nada puede estar más lejos de la verdad. A causa de que era un hombre con una visión y un mensaje, todo lo que hacía a nivel público era enservicio de llevar el mensaje con mayor eficacia, de compartir su visión.
Entre sus confidentes, no era reticente acerca de revelar su profunda perceptividad respecto a sí mismo y a otra gente, y lo hacía con frecuencia y generosidad. A juzgar por las cartas a sus amigos y por los recuerdos de éstos sobre sus conversaciones personales con él, parece probable que nada surgió de las sesiones psiquiátricas, de lo que él no esuviera ya consciente. Dijo el Dr. Jack Norris: "Creo que Bill era demasiado inteligente, podía ver a través de parte de la mística de la psicoterapia. (Creo que esto es parte de la necesidad de la rendición continua, repetititva)".
Ya sea que Tiebout ayudara psiquiátricamente a Bill o no lo hiciera, ambos permanecieron siendo firmes amigos y él un sólido apoyo de Alcohólicos Anónimos. El mismo Tiebout puede haber aprendido mucho de Bill; hizo contribuciones importantes al conocimiento psiquiátrico del alcoholismo, en particular en las áreas de la rendición y la reduccción del ego en A.A.
Mientras tanto, Bill no estaba contento con investigar un solo camino de alivio. Se dedicó a sus depresiones desde todos los ángulos en que lo pudo pensar y exploró toda solución potencial, física, psocológica y espiritual. A continuaicón se encuentran extractos de cartas que mandó a algunas de las muchas personas que le pidieron ayuda para sus propias depresiones:
"Recientemente, un osteópata me dio un levantón tramendo. Me encontró una lesión en la esquina cerca de la base del cráneo que había interferido con la circulación de la sangre en el cerebro y cuando fue corregida, aumentó mucho mi capacidad de resistencia. Este lado de las causas necesita expliración en cada uno de nosotros; pero no debemos pensar que es una cura para la neurosis, sólo es un parche . . ."
"Años de neurosis de tensión emocional tienden a poner fuera de orden el sistema glandular. En mi caso, encontré que tenía un páncreas muy hiperactivo y estuve poniéndome más o menos de una manera constante una inyección de insulina. cuando recorté aproximadamente a una tercera parte mi consumo de resultados. Me di cuenta que mi neurosis y lo que me rodea no me podían dañar tanto como antes. Había una ligera deficiencia tiroidal, fácilmente corregible por ocho miligramos diarios . . ."
"He tenido una depresión realmente feroz que duró alrededor de dos años, durante los cuales he tenido atención psiquiátrica, exámenes físicos, tratamientos osteópaticos y una mirada realmente buena a las posibilidades hormonales. Sin embargo, los exámenes no mostraron ninguna deficiencia en la hormona sexual, todo lo contrario, tenía un gran exceso de una de ellas, que no era la hormona sexual, si no una relacionada con ella. Mi metabilismo estaba bajo, auqneu no muy mal. Aproximadamente hace dos meses, mi doctor empezó a darme tiroide que, por supuesto, es una hormona, en cantidades, relativamente pequeñas; las depresiones se aligeraron mcuho . . ."
"Me asiganaría una tarea pequeña. Me determinaría a caminar y respirar durante 400 metros y me concentra?ria hasta el grado de contar mis respiraicones, digamos seis pasos para cada lenta inhalación y cuatro para cada exhalación.
Muchas veces, tenía que voncerme para hacer siquiera esto, pero había aprendido que el castigo por dejarlo por completo - sólo mirar a la pared - era mucho peor. Así que caminaría los 400 metros, y luego seguiría, quizá 800 más; luego otros 800 y quizá otros tantos más".
Bill siempre se concentraba mucho en caminar y respirar, como un antídoto para la depresión; cuando podía caminaba ocho kilómetros al día, en los senderos boscosos alrededor de Bedford Hills.
Sobre todo, Bill creía que sus depresiones se perpetuaban por su propio fracaso para trbajar los Pasos de A.A. 2 Así, la ya dolorosa depresión se profundizaba por este añadido sentido de culpa. Escribió: "Solía estar dominado por la cupla acerca de esto. Me preguntaba, considerando todas las ventajas que tenía, ¿debía encontrarme sujeto a esta clase de cosas? En otros tiempos, me culpaba por mi inacapacidad para practicar el programa en ciertas áreas de mi vida; éstas y muchas otras razones para degradarme a mí mismo, ha?cian constantemente su aparición".
Logro de su infancia, como primer violín de la orquesta de la escuela, en años posteriores se volvió una diversión que le causaba satisfacción.
La prescripción a la que regresaba una y otra vez era: "Parte de la respuesta reside en el esfuerzo constante para practicar todos los Doce Pasos de A.A. La persistencia causará que esto infiltre en mí y afectará a ese inconsciente de donde emena la dificultad. Solía avergonzarme de mi condición y no hablaba acerca de ella, pero en años recientes, confieso con toda libertad que soy un depresivo y eso atrae hacía mí a otros depresivos. trabajar con ellos me ha ayuudadomucho; de hecho, me ha ayudado más de lo que yo los ayudo.
Entonces, tambie?n se encuentra el lado físico de la ecuación; la depresión constante, la tensión o la agresión, evidentemente estropean el sistema glandular. Ayudan las dosis moderadas de algunas medicinas
modernas, como la B-12, las hormonas masculinas, el ACE y similares. No curan los defectos de la personalidad, pero les quitan virulencia".
Bill estaba aprendidendo, empezando con la revelación de algunas verdades acerca de sí mismo, que el beber alcohólico en alguna gente puede enmascarar profundos disturbios psicológicos y emocionales. Tambie?n estaba aprendiendo que el Programa de A.A. podría no ser la respuesta para todos los alcohólicos, que podía haber gente que no podría "captar" el programa, debido a diversos obstáculos de percepción o psicológicos.
Estas dos piezas de información, viniendo de Bill mediante el vehículo de su propia depresión, lo mandaban ahora en una búsqueda para encontrar una mayor ilustración , para encontrar salud para los alcohólicos sobrios a los que sólo la sobriedad, incluso cuando trabajaran los Pasos, era insuficiente para proporcionales una vida confortable. La búsqueda lo condujo en una dirección en apariencia lejos de A.A. y tendría consecuencias de mayores proporciones.
Pero en este período, Bill simplemente compartió todo lo que conocía acerca de la depresión y su simbólica importancia. Escribió a un amigo sufreinte: "Con frecuencia tienes que haberte hecho a ti mismo, las mismas preguntas que tan a menudo están en mi mente: ¿Por qué todo este dolor? ¿Qué he hecho para merecer este sufrimiento? La respuesta que obtengo es que el dolor, tanto como lo es el placer, está en la providencia de Dios. A la larga, todo evolucionara para lo mejor, no a causa del placer, sino del dolor".
Otra gente que conoció a Bill tuvo sus propias especualaciones respectoa lo que causaban sus depresiones. El Dr. Earl M., un A.A. psiquiatra y amigo íntimo, manifestó: "Sentí que él no tenía a nadie con quien hablar acerca de sus ideasespirituales no conformistas. Cuando yo lo escuchaba, se transformaba y se volvía vibrante, y resplandecían sus ojos. Yo tenía la sensaicón de que lo que Bill necesitaba era alguien con quien pudiera realmente validar lo que decía. Ya sabes, lo que hizo que A.A. llegara a existir fue [lo que el Dr. Bob] dijo a Bill: '¡Yo bebí aí!', en la reunión en el hogar de Henrietta Seiberling.
Tiebout estaba intentando analizar, pero aquí Bill tenía algunas ideas nuevas acerca de la espiritualidad y quizá había algo después de la vida, u otra vida y, tuviera ra?zón o no la tuviera, el tipo estaba buscando todo el tiempo cómo llevaría esto a los miembros de A.A."
El Dr. Jack Norris afirmó: "No se puede separar una depresión orgánica de una psicologica". Añadió: "En la emoción del éxito, él ha?cia subir una tremenda cantidad de energía, de manera que ya se tiene en ella un elemento orgánico, epro no creo que lo orgánico sea todo, sino que creo que es parte de ello. Es un asunto de energía; si obtengo muchas palmaditas en la espalda y todo va bien, me siento maravillosamente, tengo una tremenda cantidad de energía; pero, cuando no están ahí las
palmadas en la espalda, cuando tengo que retirarme como un ser humano normal, ¿qué sucede?".
Otro proponente de la teoría de la energía fue Tom P., que había empezado su carrera de A.A. como un ateo confirmado, epro cambió su modo de pensar. Tom tuvo su propia teoría de las depresiones de Bill. Dijo que eran el resultado, auqneu indirecto, del "hot flash"; Tom interpretó ambos en términos de experiencia mística. De la experiencia de Bill en el Hospital Towns, tom dijo: "Lo que le sucedió a Bill fue un caso perfectamente claro de satori o somate. 3 Por sus frutos los conocereis. El tipo sale y empieza a actuar como un iluminado. Nadie fue más allá para probarlo como lo hizo ese hombre: llevar una vida de servicio total.
Ese es el objetivo de toda religión: la experiencia espiritual".
Tom (algunas veces hablando del difunto cofundador en unatiempo presente, 12 años después de su merute) ligó la experiencia espiritual de Bill a sus depresiones posteriores: "Bill es un hombre con una voluntad de enorme capacidad. La gente cree que comprende lo que es la voluntad, pero no lo hace muy bien, y la gente varía en su dotación de voluntad; creen que es plegarse mentalmente u otra cosa así, pero no lo es. La voluntad y la inteligencia vienen directamente del espíritu.
Este tipo está muy dotado de esa manera, es su principal característica antes y después de cualquier otra. Después de lo de A.a., es un tipo con una misión; toda la gente iluminada tiene su misión, pero es real. Físicamente es un hombre rudo, pero no lo es tanto nerviosamente; pero sólo salió a hacer este trabajo y eso está muy bien durante el primer aó o los dos primeros, pero ¿qué pasa cuando la maldita cosa empiza a echar ramificaciones, empieza a extenderse? Después de que se encontraron en las historias de los diarios, fue una cosa diferente y el trabajo fue mucho más difícil. Este tipo aprendió una lección que aprenden todos los iluminados, de acuerdo con sus biogra?fias. San Francisco de Asís, que fue el santo patrón de Bill, expresó: 'Desde el día de mi conversión, nunca he estado bien'.
Cuando la cosa empezó a crecer en california, se fue a California y, ya sabes como son los borrachos, a todos les gusta estar sentados toda la noche y tomar café y ¡hablar! Y este tipo lo haría y todos caerían sobre e?l y se quedaría y tomaría café. Es interesante oír la historia de alguien, luego contarle la tuya ¡pero si haces eso toda la noche . . .! Regresaría de uno de estos viajes como si hubiera sido arrstrado por un carro de un extremo a otro de Nueva York. Era un hombre grande y tosco, pero nunca viste a nadie tan apaleado, y las depresiones eran mayormente de agotamiento, quiero decir agotamiento espiritual. Ese tipo no sólo estaba conversando".
Es probable que no sea una coincidencia que los años de las depresiones de Bill - 1944-1955 - fueron tambie?n los años en que hhizo
el trabajo para A.A. más agotador e intenso. Después de la Segunda Guerra Mundial, se embarcó en la enorme empresa de establecer para A.A. una estructura de servicio; fue tarea de diez años. Después de 1955, el añpo en que declaró a Alcohólicos Anónimos mayor de edad, manifestó que estaba completa la estrucrua de servicio y entregó a los miembros de Fraternidad; entonces quedó libre de la depresión.
Durante ese decenio (años que e?l mismo caracterizó como de "presiones muy fuertes e inmensas tensiones"), emocionalmente Bill siempre estuvo remando contra la correinte; hizo todo su trabajo durante este perído con la carga de su depresión y a pesar de ella, algunas veces tna pesada y negra que le costaba un esfuerzo heróico levantarse de la cama por la mañana. Si este hecho fuera toda la evidencia que tuviéramos, por sí solo mediría la profundidad de la visión y el compromiso de Bill. Fue una y otra vez el incidente del búmerang, pero esta vez a una escala mundial de vida y muerte.

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